Cada uno tiene su propia idea de qué es lo que hace a una persona un buen líder. En esta lista suelen estar incluidas la confianza, la integridad, la honestidad, la humildad y la empatía. Sin embargo, existen otra serie de aptitudes deseables en un responsable de equipo que, a priori, podrían parecerte dignas de súper héroes.
1. Ver el futuro
Un buen líder tiene la capacidad de anticiparse y de prever qué ocurrirá en un proyecto, permitiéndole ser proactivo y proponer soluciones rápidas. Esta capacidad se adquiere, sobre todo, con la experiencia. Una vez que has vivido diferentes situaciones saber que cuando “esto pasa, esto ocurre”. Haz un esfuerzo de análisis y aprende a identificar este tipo de situaciones para anticiparte en el futuro.
2. Leer la mente
Esto también se conoce como “leer entre líneas”; es decir, ser capaz de detectar las intenciones o miedos de una persona durante una conversación aunque esta no llegue a expresarlas verbalmente. El tono de su voz, el lenguaje corporal y tu capacidad de empatía te darán una pista de lo que tu interlocutor quiere decir realmente.
3. Cambiar la voluntad de las personas
Con buenas intenciones, claro. Un líder, lidera. Y el liderazgo consiste en convencer a los demás y conectar con ellos para conseguir un objetivo común. Este súper poder requiere que seas capaz de ponerte en el lugar de los demás y ser un gran comunicador, para contagiar a los demás con tu entusiasmo y llegarles con tu discurso.
4. Estar en todas partes
Un buen líder está en todas partes, aunque los demás no puedan verle. Los mejores líderes son capaces de saber si sus empleados están haciendo progresos aunque no estén en la oficina supervisando absolutamente todo. Esto te lo dirá tu instinto y la confianza depositada en tu equipo.
5. Tener una capa de invisibilidad
A todos nos gusta el reconocimiento, pero un buen líder saber cuándo es el momento de desaparecer y darle el protagonismo a su equipo.
Si quieres ser un súper líder, con todos estos súper poderes, lo que debes hacer es elegir uno y practicar hasta que te salga solo; después continúa con el siguiente. La práctica y las ganas harán que te conviertas en el líder que quieres ser, impactando positivamente en tu equipo. Y todo ello, sin recurrir a la kriptonita ni a las arañas radioactivas.
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