Un cliente feliz es aquel que es fiel a una determinada marca y que está predispuesto a recomendar ésta a otras personas. Es también aquel al que la marca en quien ha depositado previamente su confianza le resuelve sus problemas y cumple sus expectativas.

En la felicidad y la satisfacción de un cliente, influyen tres factores fundamentales: los procesos, la tecnología y las personas. Es decir, que las personas que tratan personalmente con el consumidor, los empleados de la compañía, son una pieza clave en los engranajes de la satisfacción del cliente.
Un reciente estudio de American Express revela que los clientes estadounidenses estarían dispuestos a pagar un 9% más por las compañías que les proporcionan un gran servicio al cliente. Asimismo, un informe de RightNow concluye que el 85% de los consumidores pagarían más para asegurarse un buen servicio al cliente por parte de una empresa.
Lo que está claro es para crear clientes felices, los empleados de la compañía son un ingrediente esencial.
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